DEJARON SUS CIUDADES PARA ATENDER PACIENTES EN COLCHANE A 4.500 METROS DE ALTURA

De Colchane, además del nombre, solo habían escuchado que era una comuna rural ubicada a 4.500 metros sobre el nivel del mar en la Región de Tarapacá; sin embargo, pese a los pocos antecedentes y nunca antes haber estado en el lugar, Francisco Donaire y Gonzalo Vera no dudaron en elegirla para desempeñar sus primeras experiencias laborales.

Donaire es egresado de Odontología, en tantoVera concluyó sus estudios de medicina el año pasado. Ambos trabajan en el consultorio general de Colchane luego de haberse presentado al concurso de Etapa de Destinación y Formación (EDF) del Ministerio de Salud. Si bien confiesan que optaron por esta comuna debido al puntaje que les otorgará para cuando tengan que postular a una especialidad, hoy afirman que no se arrepienten.

Quien lleva más tiempo en la comuna e incluso dice sentirse un colchanino más, es Francisco Donaire. El dentista de 28 años llegó al lugar en 2015, luego de haber estado un año en Pozo Almonte.

«Yo solamente conocía de Viña del Mar hacía el sur, nunca pensé que iba a terminar tan lejos», dice el profesional egresado de la Universidad de La Frontera, de Temuco.

En sus más de tres años desempeñándose en Colchane, la altura y el clima ya no son un problema, como sí lo fueron en un principio cuando tuvo que afrontar los típicos mareos y dolores de cabeza que producen la «puna».

Jornadas de trabajo

Las jornadas en el consultorio de Colchane inician a las 9 y se extienden hasta las 18.30 horas, de lunes a jueves, ya que los viernes trabajan de 8 a 14 horas.

«Ese es el horario que está adecuado a las condiciones de Colchane, porque este no es efectivo en otras comunas, y esto se debe porque nosotros no tenemos conexión con la electrificación central, tenemos luz por generador y tenemos que adecuar todo a eso», precisa.

Donaire dice que en un principio la labor fue ardua ya que cuando llegó a Colchane, los pobladores estaban acostumbrados a acudir al odontólogo solo en casos de urgencias. Para cambiar esto, se dedicó a educar a los vecinos en prevención a través de ferias saludables y acciones de promoción en los colegios.

Son aproximadamente 10 pacientes al día que atiende en el sillón dental con el que cuenta el consultorio el cual próximamente sumaría un equipo de radiografía. Sin embargo, una vez al mes deja su lugar habitual de trabajo para dirigirse a los pueblos e Enquelga y Cariquima donde realiza atenciones en sus consultorios.

En estos viajes, denominados rondas, Donaire ha sido sorprendido por nevadas y lluvias que, en algunas ocasiones, lo dejaron varado en el camino. Incluso, estas mismas condiciones climáticas, le han impedido trasladarse a Iquique, hasta donde viaja los fines de semana para abastecerse de alimentos.

Y es que el dentista señala que no tener electricidad las 24 horas, les impide refrigerar alimentos, por lo cual los enlatados y todo aquel producto no perecible se han convertido en los mejores aliados. «La vida acá es dura, de partida tenemos el tema de la temperatura que en invierno puede llegar a -15, y cae nieve; y en el verano tenemos el invierno altiplánico, llueve demasiado y se cierran los caminos».

Cuando concluye la jornada laboral, Donaire se dirige a su casa, una vivienda de adobe que acondicionó con calefón y estufa a leña para luchar contra el frío. Allí se refugia y permanece despierto hasta medianoche, aprovechando que en las viviendas solo cuentan con electricidad de 19 a 24 horas.

En ese lapso de tiempo realiza ejercicios y lee. Sin embargo, pese a no tener opciones de esparcimiento como existen en Iquique, sostiene que Colchane le ha enseñado a valorar «las pequeñas cosas de la vida» y que cuando llegue el momento de partir, extrañará «el relajo de la vida rural».

Atención médica

Gonzalo Vera llegó a Colchane el pasado 10 de abril para convertirse en el médico de la comuna y es allí donde conoció a Francisco Donaire.

Este viaje lo recuerda como si fuese ayer ya que si bien llegó al pueblo, se dirigió a la posta para atender a una paciente que lo esperaba. «Fue la única en el día, recuerdo su rostro, pero no su nombre», comenta.

En sus casi cuatro meses de trabajo, el joven de 25 años comenzó a aprender a hablar aymara por cuenta propia para así poder comunicarse mejor con aquellos pobladores que hablan el idioma.

«Tuvimos una jornada de interculturalidad donde nos regalaron un folleto de aymara y he estado tratando de aplicarlo con la comunidad. A ellos les sorprende cuando yo les hablo o respondo con algunas palabras en aymara, y les gusta», comenta.

Al igual que el odontólogo, Gonzalo Vera también realiza rondas, pero dos veces al mes, ya que una es para atender en las postas de Enquelga y Cariquima, y la otra para asistir a pacientes de pueblos alejados pero en sus propios domicilios.

Ejercer la medicina en una comuna rural y alejada ha sido un desafío para el egresado de la Universidad de Antofagasta quien afirma que al no contar con tecnología como en otro tipo de establecimientos, la evaluación física es la clave para entregar el diagnóstico, siendo las patologías respiratorias aquellas que predominan en la comunidad de Colchane.

Aunque lleva meses de haber iniciado su etapa de destinación y formación, Vera tiene proyectado permanecer entre cuatro y seis años en la comuna ya que dice sentirse a gusto. «Cuando salgo de mi casa o de la posta los paisajes son tan bonitos y distintos cada día, que me han cautivado».

Y es que además la cercanía que ambos han desarrollado con los pobladores a través de sus labores, les ha permitido ser parte de celebraciones como el Machaq Mara, haciéndolos sentir como parte de la comunidad.

Skip to content